domingo, 25 de mayo de 2008

La delgada línea negra

Hace ya casi veinte años que vivo en Ramos Mejía pero casi nunca me hago cargo de ello porque, exceptuando en papelería legal, siempre ubico mi lugar de residencia en Ciudadela.
Hubo un motivo biológico y lingüístico (que no tengo porque explicar) para adoptar esa costumbre, pero llegó un punto que me sentía tan cerca de la localidad de Tres de Febrero que eso pasó a un segundo plano. Incluso, este “cambio” no tiene fines esnobistas: El aire desértico de Ciudadela no tiene nada que ver con la frivolidad cuasi-Palermo que abunda por Ramos.

La apreciación la puedo tomar desde un lado más bien nostálgico, si se me permite la expresión. Entre los 6 y 13 años, y guardando marcadas excepciones, todo mi universo se concentraba en Ciudadela: el colegio Inmaculada Concepción, el club Claridad, el instituto de inglés, mis amigos, mi profesora de guitarra. En cambio Ramos era lo desconocido, la intriga, lo más cerca que teníamos de la “civilización”. Con mis amigos teníamos que pedirle, al menos con una semana de anticipación, permiso a nuestras madres para que nos dejen ir una tarde después del colegio. Esas salidas incluían como paradas obligatorias la comiquería ‘El mundo del comic’ y la ingesta de un combo en el antro del payaso (preferentemente un Big Mac, papas grandes y gaseosa ídem sin hielo).
Después empecé el polimodal en Ramos, guitarra en Haedo (posteriormente Caballito) y las amistades ya se encontraban en lugares tan diferentes como Villa Sarmiento o Villa Lugano. Sin embargo el punto de partida para cada una de estas siempre era el mismo; la estación de Ciudadela.

Estas son todas las cosas que deben pasar inconscientemente en mi cabeza cada vez que alguien me pregunta el inevitable “¿Dónde vivís?” o derivados. No tendría sentido explicarle que legalmente vivo en una localidad pero me siento más cerca de la que está en la vereda de en frente. Tampoco tendría lógica hacerle entender que no me interesa que línea de brea que atraviesa avenida Díaz Vélez sea la frontera que separa, casi sin proponérselo, una localidad de la otra.


(NdelA: Encontrar que el téxto de Factor Crónico fue la frutilla del postre de estos últimos días.)

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martes, 20 de mayo de 2008

Ego



Soy mas groso que Vincent Gallo.

Eso, nada mas...

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domingo, 11 de mayo de 2008

Calles de Baires

Pensar que en otros lugares, confundirse Palestina con Estado de Israel pueden hacer que uno se coma un par de balazos...

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