jueves, 19 de agosto de 2010

L'esprit de l'escalier

Hemos perdido, hemos ganado y hemos sufrido empates de esos que nos hizo pensar si hubiese sido mejor nunca jugar. Gritamos, lloramos, pataleamos de tal manera que parecería que fuimos retrotraídos a una escena del preescolar.
Cientos, no centenares, de momentos que intentamos olvidar pero se repitieron una, y otra y otra vez. Un déjà vu siniestro, producto de la mente retorcida de uno. Palabras que nunca debimos haber usado al lado de las que nos gustaría haber dicho y de las que nunca nos atrevimos a pensar siquiera.
Hoy me levanté sin ganas de nada y estoy por acostarme pensando en todas las cosas que me hubiese gustado hacer. Me puse a pensar como llegué al estado en que prefiero que las cosas no pasen a tener que sufrir las consecuencias de ello. Me convertí en mi peor exponente y decidí que ya era hora de cambiar eso.
Me cansé de huirle a la vida y pretender que todo se solucione por inercia. Me hastié de quejarme y solo sentarme a esperar. Me harté.
Ahora escucho esa música que no escuchaba y espero que mañana me encuentre con la cabeza limpia de preocupaciones.
Espero no. Lo sé.

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1 Comments:

Blogger Feroz said...

manos a la obra, pasás de espectador a actor en un segundo, y la vida regala una flor en señal de reconocimiento.

21 de agosto de 2010, 10:49  

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