miércoles, 22 de septiembre de 2010

Es un círculo vicioso de proporciones infinitas

Más que evitar la colisión, la idea es que uno salga ileso. Porque los acidentes pasan. A uno lo pisa un 1500 a la vuelta de la esquina, el cable de electricidad le cae a uno en la cabeza en el medio de la tormenta o tras poner un pie en el patio de nuestra casa descubrimos que era un campo minado vietnamita.

El verdadero arte en estos casos es evitar que el impacto sea frontal o que la explosión sea en el epicentro del espacio que estás ocupando. Es moverse unos pasos a la izquierda. Daño va a haber, es inevitable. Nadie queda igual después de situaciones de está índole. Pero, insisto, la idea es salir ligeramente herido.

Las heridas cicatrizan, a lo sumo le van a amputar un miembro para evitar la gangrena, pero de la muerte no se salva nadie. Es un hecho científico: seas bicho, seas planta, seas conductor de la línea 242 por Larrea que va de Morón a Ciudadela (aunque te quiera vender que llega a Liniers). Todos visitamos la quinta del ñato, tarde o temprano, y eso puede llevar al olvido (tarde o temprano temprano también).

Esa es la diferencia entre entre los dos pasos a la izquierda y el impacto frontal. Las estadísticas no mienten. Sí me tiro de un segundo piso algo voy a romperme, pero si me tiro del piso 30 me muero.

Los trenes matan a los autos. Las malas decisiones matan a los hombres. La prevención es la única cura de estos males. No la definitiva. Porque hay estadios latentes, parates o comas profundos, pero no existen las curas definitivas. Existe la convivencia entre las partes, pero lleva años conseguirse y no siempre pasa.

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1 Comments:

Blogger Feroz said...

y el papel mata a la piedra.
La solución definitiva es la muerte.
Prefiero vivir en problemas.

28 de septiembre de 2010, 15:03  

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