sábado, 23 de octubre de 2010

Supongo que aca empiezo.


No estoy bien. Hace meses que no estoy bien, y a veces no me molesta escribir sobre ello. Basta con bajar la barra direccional ubicada a la derecha de esta misma pantalla para tener pruebas suficientes de esto.

Tengo un trabajo de mierda, que hace que tenga menos tiempo para hacer las entregas de la facultad, lo cual me obliga a tener que dormir menos para intentar cumplir con todas las entregas atrasadas

No hay tanta plata el la billetera como para ir en rumbo a costas lejana. Mucho "caminante no hay camino, se hace camino al andar", pero el caminante tiene que subsitir aunque sea un fin de semana en el peor rincón del peor lugar al que la peor empresa de micros pudiese llegar.
Hablo de viaje, pero a viajar no me animo ni a palos. No tengo incorporada la idea de una desconexión psíquica-física que me

Hace meses
Hay días que no me molesta disimularlo. Hay otros que ni me caliento, pero en el fondo me da verguenza que lo noten.

Y no arranco, y me frustro. Después parece que

Al final, y por más que siempre me adjudique culpas que no me pertenecen, acá realmente la culpa termina siendo mía por no haber resuelto todas estas cosas y pensar que la aparición de un tercero es la solución a todo. No lo es, no lo fue, no lo será jamás. Y sin embargo, cuando termine de escribir y subir eso, en el fondo voy a seguir esperando que aparezca alguien para que todos los problemas desaparezcan.
Basta de esa pedorrada que el amor va a salvar al mundo. El mundo lo van a salvar los hombres si realmente lo quieren. El amor va a ser la consecuencia, no la solución.

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