domingo, 30 de mayo de 2010

Paso siguiente

Es cuestión de respirar.
No mandarse al muere de una, que es lo que instintivamente uno tiende a hacer. Porque después vienen las consecuencias obvias y el colchón termina adaptándose a la forma de tu cuerpo, cómo si la cama supiera que no vas a irte nunca de su regazo.
Es respirar varias veces, con los ojos cerrados, buscando el momento exacto de paz interior.
Después, todo se hace más fácil. O al menos eso aparenta.

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